Ni fueron felices ni comieron perdices...
Es bien sabido que muchos de los relatos popularizados por los dibujos de la Disney eran, en realidad, bastante más siniestros de lo que la productora los presentaba: a Caperucita, por ejemplo, se la comía el lobo y no había leñador que le salvara, y a la Cenicienta le esperaba una vida en palacio bastante complicada. Es comprensible que, siempre pensando en la taquilla, se optase por dar un final menos truculento a aquellos cuentos de hadas.
¿Reinas de la casa?
Mejor conseguir la igualdad en todos los aspectos...sin que prevalezca el poder de unos sobre otras, o de unas sobre otros...
No debemos esperar a que el control sobre nuestras vidas sea una reflexión ya "madura"...
Aunque nunca es tarde...¡por supuesto!
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