La peor enemiga de la mujer

Ilustración: Maruja Mallo.

- Cuando practicamos la hostilidad horizontal, es decir: el desprecio por nuestra propia clase. Cuando permitimos que el espíritu de odio y de desdén hacia la mujer que nos han inculcado se traduzca en proyecciones superficiales hacia otras mujeres. Cuando odiamos a otra mujer sólo porque es guapa o tiene más éxito. Cuando asumimos que las guapas son tontas por definición y las feas unas amargadas. Cuando hacemos extensiva nuestra escasa autoestima hacia el miedo o la desconfianza hacia otras mujeres a las que no respetamos precisamente por ser como nosotras.

- Cuando nos convertimos en adictas a la aprobación masculina y no consideramos justificada nuestra existencia en tanto no tengamos un hombre al lado, sea cual sea el precio que paguemos por su compañía. Cuando nos enganchamos a un concepto peligroso del amor: el del amor como sacrificio y el de la amante como redentora de su hombre. Cuando sacrificamos lo más importante de nuestro yo - nuestra autoestima, nuestra valoración, nuestro ego, nuestra estabilidad - a un hombre: lloramos porque no nos llama, o porque nos deja, o porque es infiel, o porque no nos valora, y nos olvidamos de que nadie podrá estimarnos en tanto no nos valoremos a nosotras mismas. Resumiendo: victimismo, hipocresía, trivialización del propio valor, desprecio de nosotras mismas y de nuestras semejantes, adicción al amor.


-Cuando no damos la importancia debida a nuestro trabajo o a nosotras mismas. Cuando no nos esforzamos en llegar al techo de nuestras posibilidades y no conseguimos prestar atención a nuestro trabajo el mismo cuidado o atención que dedicamos a nuestros amantes, nuestros maridos o nuestros hijos. Pero nuestro peor enemigo no son las mujeres que nos desprecian, de la misma forma que a veces nuestro mejor amigo puede ser un hombre. La mejor amiga o la peor enemiga de una mujer es ella misma, porque al fin y al cabo la única persona con la que sabemos que vamos a contar durante toda nuestra vida es la que llevamos dentro.


Autora: Lucía Etxebarría ("La Eva futura")

5 comentarios:

Ojosnegros dijo...

¡Qué gran verdad!, imponente.
No soporto a las mujeres machistas y hay muchas... y encima son tontas, tirando piedras sobre su propio tejado.
Muy buena entrada.
Besos y feliz fin de semana.

MaBy dijo...

muY bueNa noTa !!

beSos

Sue dijo...

Cómo no estar de acuerdo! Leí este libro hace años y tengo gratos recuerdos de él. De hecho, según iba leyendo iba asintiendo porque todo me parecía la mar de razonable.
Y por otro lado, me sentía la mar de incomprendida porque en la calle escuchaba todo lo contrario.

Si es malo un machista, es aún peor una machista, aunque es mucho más grave el hecho de que hay muchas mujeres que van de liberales o feministas, en ese plan de odiar al macho o de considerar a todos los hombres iguales (etc). Una actitud con la que lo único que consiguenes que la lucha de géneros nunca cese.

Un saludo.

Ruben dijo...

Pero como me vuelvo a enamorar de mi mujer cada vez que no me encuentro bien... Cuando hace poco entré en urgencias y estaba tan mareado que tenía la sensación de caer al vacío cada vez que ella soltaba mi mano... Cuando mi madre viene a relevarnos cada vez que mis hijos quedan ingresados... y un sinfín de detalles que me gusta valorar.
Y es cierto, no todos los hombres somos iguales ( ni tampoco las mujeres ) cada persona es un mundo.

Anónimo dijo...

Vivimos en una sociedad machista perpetuada en muchos casos por mujeres machistas.
Cuánto puede hacer la educación por superar tanta desigualdad y tanta injusticia!