Cuentos de hadas, cerditos y tiburones de los niñ@s de 2º C


El hada que convirtió al cerdo en tiburón


Érase una vez un hada que se llamaba Águeda. Un día Águeda estaba paseando por una granja con animales. Vio un cerdo y dijo "¡Qué cerdito tan mono!"

Ya era mediodía y se tenía que ir a comer. Llegó a su casa, comió macarrones, dijo: "¡Ummm, qué ricos!"

Cuando comió Águeda, otra vez se fue a la granja.

El cerdito no estaba, pero...estaba en la caseta de él. Águeda nunca había visto un tiburón y pensó..."¡Tengo una idea, puedo convertir al cerdo en tiburón!"

Y cogió su varita y dijo: "Magia, potagia, conviértete de cerdo a tiburón"

Pero necesitaba agua, y echaba cubos y cubos de agua. Pero lo tenía que llevar al mar porque el agua que había echado se salía por todas partes.

Ángel Martín

El Hada tiene dos amigos.


Érase una vez un hada que tuvo una niña y la madre no sabía qué nombre ponerle, y se encontró un cerdo y un tiburón, y les dijo el hada: "Hola, ¿me podéis decir un nombre?".

"Sí, claro, Miriam o Ana"

Y eligió Miriam, y la niña era guapa y moderna, y tuvo dos amigas.

Un día en su casa se encontró una carta que ponía "Cuando seas mayor tienes que ir a buscar un tiburón y un cerdo"

Los encontró en la tienda de las flores, ye el cerdo le regaló una flor.

Y colorín, coloradom este cuento se ha acabado. Fin.

Los animales y el hada

Érase una vez un cerdo que vivía en una granja. Un día lo llevaron al circo y allí se encontró con un tiburón. Les intercambiaron los cerebros y el cerdo dije "te voy a comer" y el tiburón salió corriendo.

Como les habían intercambiado los cerebros, su misión era encontrar un hada. Fueron al bosque, pero no había rastro de ella.

Al rato la encontraron, se intercambiaron los cerebros y fueron felices para siempre. Fin.

Álex P.F.
El Hada tuvo un ... ¡bebé!

Había una vez un tiburón que tenía una amiga que era ¡un hada! llamada Florentina.
Un día Florentina inventó una clase de ballet.La clase se llamó Cocodrilo. El tiburón, en su pecera gigante hacía ballet.
Al día siguiente Florentina se embarazó y no supo qué nombre ponerle al bebé.

Florentina vio a la cerda María que sólo repetía "Sara..., Sara, Sara y Sara".

Entonces Florentina supo qué nombre ponerle al bebé, y le puso Sara, que fue como Florentina quiso.

Fue buena, lista y siempre quería ir al colem hasta los sábados y domingos.

Miriam Vasutiu

El hada convertida en cerdo.
Érase una vez una cerdita de color rosa. No era una cualquiera sino que era un hada hechizada.
Un día el hada se despertó por la mañana y se vio convertida en cerdo. Desde entonces no volvió a salir de su casa.

Una tarde de verano el hada decidió ir a buscar a alguien o algo que pudiera romper el hechizo.

Pasaron quince días y el hada llegó a la playa, donde en la orilla se encontró un tiburón que tenía ciento veinticuatro años. El hada tuvo suerte de encontrarlo porque el tiburón era un mago.

El hada se asustó mucho al verle, pero el tiburón le dijo: No te asustes, no te voy a hacer nada.

El tiburón se presentó y después el hada le preguntó: ¿Puedes romper el hechizo?

Pues claro que sí.

Entonces cogió su libro de magia y comenzó a decir "Alavín, alavón, esa cara de cerdo se te quitará"

El hada cogió su espejo y se vio tan guapa como lo era antes. El hada se fue muy contenta a su casa, y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

Elena Ruiz Robles

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