
Algunos actores adolescentes no llegan a más cuando superan su adolescencia. Otros logran alargar su carrera como intérpretes secundarios. Unos pocos, muy pocos, conservan su estatus de estrella. Y solo una fue leyenda: Elizabeth Taylor, cuya sola mención empuja a los cinéfilos a rememorar el Hollywood clásico, la belleza inmortal, fiestas sin fin, inmensas resacas, múltiples joyas, diamantes gigantes, y, sobre todo, décadas y décadas de clase y talento.Porque más allá de sus ojos violetas, más allá de sus siete maridos y ocho matrimonios (con Richard Burton repitió), Taylor ha sido una muy buena actriz, que recibió dos Oscar, por Una mujer marcada y ¿Quién teme a Virginia Wolf? Tras siete décadas de carrera y 50 películas, unos se quedarán con su físico, otros con su talento. Para los amantes del cine, seguirá en todas y cada una de sus película: desde Mujercitas a Cleopatra, desde La gata sobre el tejado de zinc a Gigante, de El árbol de la vida a De repente, el último verano, de La mujer indomable a Un lugar en el sol
Se fueron los ojos violetas...
ResponderEliminarHe leído esto en varios sitios, únicos como ella.
Un gran pérdida.
Besos.